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domingo, 27 de febrero de 2011

Guias Espirituales - James Van Praagh (Segunda Parte)

Seguimos con algunas ensenanzas del medium más famoso de Estados Unidos, hablando de Guias Espirituales. No es que sea fanático de James, pero me gusta porque habla con un lenguaje simple sobre temas espirituales:

“Si todo sale bien y no parece haber obstáculos, estás abierto al espíritu y siguiendo a tu guía. Si, por el contrario, nada parece funcionar, no estás escuchando a los guías y acabarás en el sendero equivocado.-"

Es muy cierto.

Tu guía personal puede ser también alguien a quien hayas conocido en esta vida: tu
madre o tu padre, un abuelo, una tía, un amigo que haya pasado al mundo espiritual. Cuando alguien pasa al otro lado no deja de pensar en ti. El vínculo afectivo creado en la tierra se prolonga en el mundo espiritual. Una vez en el cielo, puede que el espíritu, al repasar su vida, comprenda que, si hubiera actuado de otro modo, habría podido hacer más por ti. Ahora que se le brinda la oportunidad, la aprovecha a fondo y te proporciona todo el apoyo posible, ya sea ayudándote con los acontecimientos cotidianos, en los asuntos familiares, o respaldándote en momentos de cambio o crisis. Los guías personales suelen hacer vigorosos intentos para orientarnos en la vida diaria y sugerirnos la mejor manera de remediar ciertas situaciones. Al mismo tiempo, empero, es importante notar que estos seres queridos no pueden ni desean intervenir en las lecciones o desafíos que hemos buscado en la tierra para aprender y desarrollarnos. El proceso de aprendizaje nunca es fácil. A fin de que obtengamos el máximo beneficio de una situación o una lección de vida, muchas veces estos guías deben hacerse a un lado y dejar que decidamos sin ayuda. Aunque a veces una situación parezca insoportable, es entonces cuando más aprendemos.

Muchas personas preguntan si nuestros guías nos acompañan constantemente o si
debemos buscarlos y pedirles que acudan. Mi respuesta es: Nunca estamos solos. Los guías nos acompañan siempre. Su misión espiritual es cuidar de nosotros y auxiliarnos. El guía puede cambiar de vez en cuando, según la tarea en la que estemos empeñados. Pero no necesitamos convocarlos, pues ellos conocen nuestras necesidades y siempre están dispuestos a prestarnos una mano.

Existen también los maestros espirituales. Estos espiritus pueden ser muy evolucionados, no haber vivido nunca en el plano físico o haber participado en algún tipo de trabajo espiritual durante muchas existencias terrenales. Como los otros guías, también ellos gravitan sobre nosotros según nuestro nivel de evolución espiritual y entendimiento. Los maestros espirituales tienen un fuerte deseo de ayudarnos a progresar. A menudo tratan de sugerirnos nuestros dones y potencialidades espirituales. Esta guía es inapreciable para quien esté en la senda de la iluminación espiritual.

La mayoría de nosotros tiene uno o dos maestros, siempre los mismos, durante toda la
evolución del alma, vida tras vida. Estos seres están afinados con nuestro ser espiritual y nos ayudarán a crecer espiritualmente durante el tiempo que pasemos en el plano físico, además de asistirnos entre una vida y otra. Por añadidura, tendremos guías magistrales durante cada vida en particular. Una vez más, según sea la evolución de tu alma atraerás a un guía que te ayude con lecciones importantes o aspectos de tu personalidad que necesitan perfeccionamiento. Por ejemplo: puedes tener un guía que te ayude a aprender el amor incondicional, o un guía
magistral que colabore contigo en las lecciones sobre el egoísmo. Hay mucha verdad en el dicho: "Cuando el discípulo esté listo, aparecerá el maestro".

Cómo descubrir a tus propios guías espirituales.

Existen varias técnicas para facilitar el reconocimiento de los guías espirituales.
El primer paso es la meditación. Entras en la meditación con intención de conocer a uno de tus guías espirituales. Cuando has alcanzado una relajación suficiente, comienzas a pedir a tus maestros que se revelen a tu visión interior. La otra forma más habitual es pedirle a tus guias, cuando estás en la etapa llegando al sueno profundo, que se revelen en tus suenos y puedas entrar en contacto. Claro que esto no es simple ni magico, se requiere de un estado de serenidad, de paz, y por otro lado de mucho y mucho ejercicio para poder, con el tiempo, llegar a una conexión con ellos.

Para bajarte y leer el libro completo:

http://filetram.com/download/file/7748527419/30664436-hablando-con-el-cielo-james-van-praagh-pdf

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