Muchisimo se habla sobre el contacto de vivos con muertos, o mejor dicho, de encarnados (nosotros) con desencarnados (espiritus en estado espiritual, no físico). Hay mucho misterio, miedo, tabú, desconocimiento, y fantasía en esta cuestión.
Los espíritus, en general, no tienen posibilidad de contacto directo con los seres humanos. Cuando morimos, entramos en otra frecuencia que no nos permite poder establecer comunicación con los encarnados.
Solamente los espiritus altamente evolucionados pueden hacer eso, o también seres con una increíble capacidad y fuerza de voluntad de contacto. Estos son los casos de Poltergeitz, o de “fantasmas” que mueven muebles, hacen ruidos, etc. Se necesita una gran energía para conseguir llamar la atención, pero que o consiguen comunicarse directamente.
Los espíritus que tienen muertes trágicas, o que sufren accidentes sin conocimiento de su muerte, o aquellos muy apegados al plano material, no quieren o temen dar el paso hacia el mundo espiritual y se quedan en este mundo, creyendo de que están aún entre los vivos. Esto claro que es temporal, y pueden pasar hasta miles de anos (de nuestro tiempo) para entender su situación y decidir avanzar.
Todo espiritu que no está apegado a la materia, o que reconoce su nueva situación, decide dar el paso al mundo espiritual.
Si bien todos morimos, dependiendo el grado de evolución, pueden atrasar el avance espiritual, hasta que otros espiritus de orden superior deciden asistirlos para que entiendan la situación y den el paso, o la misma ley de la evolución los hace avanzar.
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